miércoles, 11 de febrero de 2009

Juan Carlos Arce "La mitad de una mujer"

24 de junio de 2001
Algunas mujeres y algunos hombres comprenden un día que las emociones que pueden dominarse no son emociones auténticas y que las verdaderas pasiones no se sienten: se viven. La mitad de una mujer es una novela sobre dos pasiones intensas y muy distintas: el asesinato por placer… y el placer del amor.




Sinopsis Un médico envenenador, orgulloso de sus éxitos homicidas, impune y complacido, decide asombrar y conmover a la sociedad quitándole la vida a un gran escritor. Con la ayuda de un amigo, que ignora su propósito, se acerca a la víctima, elabora un plan y prepara el asesinato. Amenazada también por el asesino, a quien conoce, una mujer de vida tranquila y costumbres planas debe enfrentarse a una decisión muy difícil sin más datos que sus sentimientos y el lenguaje de su corazón. Ambos sabrán, sin embargo, que hay entre todas las pasiones una sola que los hace parecidos y ante la cual es inútil la razón. Precisamente como contrapunto a la razón, el argumento introduce la fascinación del teatro, y establece con claridad la distinción entre la mentira de la magia y la magia de mentira. Ambientada en 1928, La mitad de una mujer continúa la línea narrativa del autor con una novela en la que el argumento es, otra vez, una intrigante historia cuyo interés crece en cada página y donde el humor se asoma a veces como contraste.

Juan Carlos Arce desarrolla su actividad literaria en la novela y en el teatro. Ha publicado, con éxito entre los lectores y la crítica, Melibea no quiere ser mujer y El matemático del rey.
Obtuvo el Premio de Teatro Universitario por su obra Para seguir quemando preguntas y ha publicado La chistera sobre las dunas.
Su obra Retrato en blanco ha sido traducida al inglés, editada en Nueva York y estrenada comercialmente en Estados Unidos. Con ocasión de la reposición del montaje teatral, el Ayuntamiento de Dallas le nombró ciudadano de honor y le entregó las llaves de la ciudad. También en inglés, y en Estados Unidos ha estrenado La segunda vida de Doña Juana Tenorio.


ENTREVISTA
Faro de Vigo: Carmen Villar
Titular: “Tengo tendencia a colocar personajes reales en mis historias”

Juan Carlos recibió las llaves de la ciudad de Dallas por el gran éxito de su obra teatral “Retrato en blanco” que curiosamente, se ha estrenado en Estados Unidos y no en España. Este “no profeta” en su tierra, sin embargo ha logrado premios por su obra como dramaturgo y en sus incursiones creativas tampoco hace asco la novela. Su última obra narrativa se titula “La mitad de una mujer” y en ella, como es habitual en sus libros, pululan personajes históricos reales. Es esta ocasión, se trata de un Valle-Inclán inconsciente al que un médico aficionado a los venenos quiere matar.
-El protagonista de su novela tiene muchas ganas de asesinar a Valle-Inclán. ¿Cree que la literatura española hubiera sido lo mismo sin su presencia?-Valle-Inclán es una de las figuras de la literatura española. Me parece un personaje muy interesante y una referencia literaria. Si alguien lo hubiera asesinado se habría perdido una buena parte de su obra. Pero también hay que recrearse en eso porque no creo que nadie intentara asesinar a Valle-Inclán en ningún momento.
-Es decir, que usted no comparte con este médico extraño, Santiago Vidal, su odio por el escritor…-Muy al contrario. Siento una profunda admiración por Valle-Inclán.
-Se sentiría usted confraternizado con él por el hecho de que también se dedica a la dramaturgia…
-Escribo teatro o novela según el tema que quiera abordar. Lo que ocurre es que mi obra de teatro no ha sido estrenada en España, sino en Estados Unidos. Pero bueno, el mundo es ancho…
-No es profeta en su tierra…
-Efectivamente: Pero ahora parece haber un nuevo auge de las obras de teatro y yo no descarto que se pueda estrenar mi teatro aquí en España.
-En cualquier caso, Estados Unidos no parece ponerlo fácil a la hora de abrir sus puertas a productos culturales de fuera…
-Hay un hispanista americano que decidió traducir mi obra y publicarla en Nueva Cork, junto a la obra de un ruso y, curiosamente, “Ligazón”, de Valle. El libro circuló por Estados Unidos y en Dallas la leyeron y la montaron. No hubo mayor complicación
-Su novela “La mitad de una mujer”, ¿es un homenaje a Valle-Inclán o un esperpento novelado?
-En realidad no deberíamos fijarnos tanto en Valle porque es un personaje secundario en la novela. Quería colocarlo en la novela porque tengo tendencia a colocar personajes reales en mis historias. Además utilizar a uno de la talla de Valle-Inclán era como un reto para mi porque es un personaje con una personalidad absorbente. Colocarlo como personaje secundario y mantenerlo con ese estatus a lo largo de la novela era como un reto para mí. Lógicamente tendería a apropiarse de la novela. Lo que la novela trata son las pasiones. Todos hemos renunciado a alguna pasión porque no era el momento, porque no convenía, porque contenía un riesgo… Me apetecía invitar personajes que se agarraran a la pasión y que cabalgaran sobre ella a pesar de todos los riesgos hasta el final. Una de las pasiones es Psicopática porque el médico es un asesino y la otra pasión, que me interesa mucho, es la del amor que creo que todos hemos experimentado alguna vez. Lo que interesa, y no Valle, es como los personajes quieren vivir sus pasiones hasta el final.
-El asesino de su novela, sin embargo, parece ceder ante el amor…
-No sabemos si se siente el amor. Yo hice deliberadamente difusa esa escena. Aparte de esa frialdad permanente, descubre un movimiento del alma que le detiene.
-Insisto: ¿el amor es el único sentimiento que amansa a las fieras?
-No sé si es el único, pero desde luego que amansa a las fieras. Si el amor existe, hay mansedumbre, aunque también pueda implicar una pasión desatada.
-Comentó su afición por convocar a personajes reales en sus títulos de ficción. ¿Qué aportan estas presencias a sus obras?
-Es una característica mía, pero no es deliberada. Es una tendencia. En esta novela, el noventa por ciento de las intervenciones de Valle son frases que están incluidas en sus obras o que dijo en entrevistas que fueron publicadas en la época. El Valle que vemos en la novela habla exactamente condicionado por lo que él ha escrito en sus obras.
-Sería difícil colocarse en su cabeza…-Claro. La mitad del diálogo estaba ya construida. Yo solo tuve que construir la otra parte. No sé si aporta algo. No lo hago para conseguir un objetivo, sino porque escribo así. Normalmente meto personajes reales en las obras de ficción.
-Aparte de Valle, ¿ha sido complicado recrear las conversaciones de los otros personajes?
-Suelo escribir buscando un tono de modo que el lenguaje suene al lector como si estuviera en la época. Si uno lee suficiente material escrito en aquella época, se puede comenzar a escribir en ese tono. Pero no me ha costado especial trabajo.

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