27 DE FEBRERO DE 2006
La vida extrema
“Adquirí, hace unos tres años, una antología de poesías del Siglo de Oro, y allí me encontré con un poeta cuyo nombre desconocía, Gonzalo de Celada. Por diversos motivos, algunos versos suyos me intrigaron. Este Gonzalo de Celada parece haber sido un curioso y atípico personaje, dotado de una considerable hermosura, y amante del joven Antonio Pérez, luego de Perdro de Médicis y, por último, del rey Enrique III de Francia. Y este Gonzalo de Celada…”J.Adriansens.
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La vida extrema
“Adquirí, hace unos tres años, una antología de poesías del Siglo de Oro, y allí me encontré con un poeta cuyo nombre desconocía, Gonzalo de Celada. Por diversos motivos, algunos versos suyos me intrigaron. Este Gonzalo de Celada parece haber sido un curioso y atípico personaje, dotado de una considerable hermosura, y amante del joven Antonio Pérez, luego de Perdro de Médicis y, por último, del rey Enrique III de Francia. Y este Gonzalo de Celada…”J.Adriansens.
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Muerte, Intriga y Pasión en la Venecia del siglo XVI
Dos sonetos del Siglo de Oro, incluidos en una vieja antología y debidos a la pluma de un olvidado poeta de nombre Gonzalo de Celada, serán el cebo que servirá de inicio a una intensa búsqueda para averiguar quién fue, en realidad, este enigmático personaje.
Hombre de esquiva biografía y compleja personalidad, estudiante en Salamanca e involucrado en la sangrienta guerra de Las Alpujarras, Celada fue amigo, entre otros, de Antonio Pérez, que lo envió a la Florencia de los Médicis para vigilar a don Pedro, el vástago menos recomendable de tan encumbrada familia. El destino de Celada y sus diversas vivencias servirán para sacar a la luz algunos de los aspectos más ocultos del reinado de Felipe II y los abusos y crueldades de aquella hipócrita sociedad.
Juan Adriansens, mediante una prosa elegante y contundente, y con un profundo conocimiento de los hechos históricos, nos acerca finalmente a la fastuosa Venecia de mediados del siglo XVI, donde nuestro protagonista terminará convirtiéndose en amante de Enrique III de Francia y donde su vida tendrá un desenlace inesperado y sorprendente.
Una obra cargada de sensualidad, amor, crímenes, traiciones y suspense.
Hombre de esquiva biografía y compleja personalidad, estudiante en Salamanca e involucrado en la sangrienta guerra de Las Alpujarras, Celada fue amigo, entre otros, de Antonio Pérez, que lo envió a la Florencia de los Médicis para vigilar a don Pedro, el vástago menos recomendable de tan encumbrada familia. El destino de Celada y sus diversas vivencias servirán para sacar a la luz algunos de los aspectos más ocultos del reinado de Felipe II y los abusos y crueldades de aquella hipócrita sociedad.
Juan Adriansens, mediante una prosa elegante y contundente, y con un profundo conocimiento de los hechos históricos, nos acerca finalmente a la fastuosa Venecia de mediados del siglo XVI, donde nuestro protagonista terminará convirtiéndose en amante de Enrique III de Francia y donde su vida tendrá un desenlace inesperado y sorprendente.
Una obra cargada de sensualidad, amor, crímenes, traiciones y suspense.
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Juan Adriansens Menocal (La Habana), hijo de padre español perteneciente a la carrera diplomática y de madre cubana, ha vivido en países como Estados Unidos, Bélgica, Holanda, Francia, Uruguay y Jordania. Estudio parte del bachillerato en Suiza, lo terminó en España y se instaló definitivamente en Madrid en 1954. Tras acabar la carrera de Derecho estudió la de Pintura en la escuela de Bellas Artes de San Fernando. Pintor profesional desde 1968, ha realizado exposiciones en diversos países y ha sido el primer artista español vivo al que la academia española de Bellas Artes de Roma ha dedicado una muestra monográfica, en 987.
Comentarista de radio desde 1983, ha participado en numerosos programas de televisión. Cuenta con varias distinciones y es el autor de un libro de sonetos dedicado a las catedrales de Castilla y León.
También ha escrito un estudio sobre el discípulo español de Leonardo de Llanos, y ha publicado en mr ediciones La seducción y Adúlteras.
Comentarista de radio desde 1983, ha participado en numerosos programas de televisión. Cuenta con varias distinciones y es el autor de un libro de sonetos dedicado a las catedrales de Castilla y León.
También ha escrito un estudio sobre el discípulo español de Leonardo de Llanos, y ha publicado en mr ediciones La seducción y Adúlteras.
Juan Adriansens y María Arias
PRENSA
AGN Axencia Galega de Noticias: Antonio Soto
27 de febrero de 2006
27 de febrero de 2006
“El submundo homosexual atravesaba en el siglo XVI toda España”
Ser homosexual en el siglo XVI y escribir sobre las propias prácticas amorosas era algo insólito en el siglo XVI español. Esta idea argumental, que protagonizó por entonces un hombre de esquiva biografía y compleja personalidad –el poeta burgalés Gonzalo de Celada-, le ha servido al pintor y escritor Juan Adriansens para entretejer su novela “La vida extrema” (mr Ediciones), en donde el protagonista termina convirtiéndose en amante de Enrique III.
PREGUNTA.- Antes de comenzar el libro, advierte que no se hace responsable de lo que en él diga usted o sus personajes…
RESPUESTA.- Lo hago para poder contradecirme cuando quiera, porque de lo contrario, las personas más atentas, que te siguen, podrían recordarme que dije tal o cual cosa. Bueno, es una nota de humor. Hay algo muy muy divertido, en las novelas policiacas nadie dice que si tú narras un crimen seas un criminal. Pero cuando no es policiaca, entonces suelen atribuirse todo lo que dicen los personajes, lo cual es absurdo.
P.- En este caso se trata de una novela histórica…
R.- La parte histórica es cien por cien exacta, si es que la historia es cien por cien exacta, que uno nunca lo sabe. Los hechos, las fechas están ahí. De este hombre –el poeta burgalés Gonzalo de Celada- se sabe muy poco. Después incluso de ir a conocer a Ciudad Real a su descendiente, que tenía una serie de documentos sobre él, no he llegado a saber gran cosa de él. En la novela hay en torno a un 30 por cien de hechos que ocurrieron y lo demás es una invención mía. Es una invención posible, porque me baso en sus poesías, pero éstas no aportan, claro, nada exacto.
P.- El protagonista es homosexual.
R.- Sí, y eso es lo que más me ha hecho escribir, porque se trata de una persona homosexual que escribe sobre su homosexualidad en el siglo XVI y eso tiene bastante de insólito. Pero cuando habla de los amores o de las relaciones sexuales que ha tenido, no da muchas pistas, salvo en un caso, donde hay un acróstico, donde dice, “Antonio amado es” y que se refiere a Antonio Pérez.
P.- Ser feliz debía ser una meta especialmente difícil entonces para un homosexual.
R.- Creo que al principio fue un viva la virgen. Era muy guapo, si es verdad que ese dibujo que está en el museo del renacimiento francés es él, tenía una gran apostura física. Pero entiendo que no lo pasó mal del todo, pero quien lo pasaba realmente mal era el habitante del siglo XVI, en una España llena de miseria, con una terrible. De hecho, Felipe II prohibió a los españoles que no salieran fuera para que no se contaminaran. No podían ir ni a las universidades de fuera, porque se podían contaminar del malvado calvinismo y del malvado luteranismo. Además, no hay que olvidar que fue una época de grandes dificultades económicas. Todo el dinero que se recibía de América se llevaba a Flandes y allí se perdía. La hacienda pública de Felipe II quiebra tres veces. Era una sociedad terrible. En Madrid, las habitaciones que daban a la calle solían estar vacías, por temor a delaciones, a que alguien te observara.
La gente vivía mirando hacia los patios.
P.- ¿Cómo vivió su inclinación?
R.- Aprovechó un submundo homosexual que atravesaba en el siglo XVI toda España y que llegaba a corte. De hecho, en el proceso que se le sigue a Antonio Pérez después, cuando pierde el favor real y ocurre todo lo que ocurre, se le acusa de homosexual y él dice que la sodomía es costumbre que se práctica mucho en la corte. Antonio Pérez, en realidad era bisexual y se acostaba con unos y con otras.
Ser homosexual en el siglo XVI y escribir sobre las propias prácticas amorosas era algo insólito en el siglo XVI español. Esta idea argumental, que protagonizó por entonces un hombre de esquiva biografía y compleja personalidad –el poeta burgalés Gonzalo de Celada-, le ha servido al pintor y escritor Juan Adriansens para entretejer su novela “La vida extrema” (mr Ediciones), en donde el protagonista termina convirtiéndose en amante de Enrique III.
PREGUNTA.- Antes de comenzar el libro, advierte que no se hace responsable de lo que en él diga usted o sus personajes…
RESPUESTA.- Lo hago para poder contradecirme cuando quiera, porque de lo contrario, las personas más atentas, que te siguen, podrían recordarme que dije tal o cual cosa. Bueno, es una nota de humor. Hay algo muy muy divertido, en las novelas policiacas nadie dice que si tú narras un crimen seas un criminal. Pero cuando no es policiaca, entonces suelen atribuirse todo lo que dicen los personajes, lo cual es absurdo.
P.- En este caso se trata de una novela histórica…
R.- La parte histórica es cien por cien exacta, si es que la historia es cien por cien exacta, que uno nunca lo sabe. Los hechos, las fechas están ahí. De este hombre –el poeta burgalés Gonzalo de Celada- se sabe muy poco. Después incluso de ir a conocer a Ciudad Real a su descendiente, que tenía una serie de documentos sobre él, no he llegado a saber gran cosa de él. En la novela hay en torno a un 30 por cien de hechos que ocurrieron y lo demás es una invención mía. Es una invención posible, porque me baso en sus poesías, pero éstas no aportan, claro, nada exacto.
P.- El protagonista es homosexual.
R.- Sí, y eso es lo que más me ha hecho escribir, porque se trata de una persona homosexual que escribe sobre su homosexualidad en el siglo XVI y eso tiene bastante de insólito. Pero cuando habla de los amores o de las relaciones sexuales que ha tenido, no da muchas pistas, salvo en un caso, donde hay un acróstico, donde dice, “Antonio amado es” y que se refiere a Antonio Pérez.
P.- Ser feliz debía ser una meta especialmente difícil entonces para un homosexual.
R.- Creo que al principio fue un viva la virgen. Era muy guapo, si es verdad que ese dibujo que está en el museo del renacimiento francés es él, tenía una gran apostura física. Pero entiendo que no lo pasó mal del todo, pero quien lo pasaba realmente mal era el habitante del siglo XVI, en una España llena de miseria, con una terrible. De hecho, Felipe II prohibió a los españoles que no salieran fuera para que no se contaminaran. No podían ir ni a las universidades de fuera, porque se podían contaminar del malvado calvinismo y del malvado luteranismo. Además, no hay que olvidar que fue una época de grandes dificultades económicas. Todo el dinero que se recibía de América se llevaba a Flandes y allí se perdía. La hacienda pública de Felipe II quiebra tres veces. Era una sociedad terrible. En Madrid, las habitaciones que daban a la calle solían estar vacías, por temor a delaciones, a que alguien te observara.
La gente vivía mirando hacia los patios.
P.- ¿Cómo vivió su inclinación?
R.- Aprovechó un submundo homosexual que atravesaba en el siglo XVI toda España y que llegaba a corte. De hecho, en el proceso que se le sigue a Antonio Pérez después, cuando pierde el favor real y ocurre todo lo que ocurre, se le acusa de homosexual y él dice que la sodomía es costumbre que se práctica mucho en la corte. Antonio Pérez, en realidad era bisexual y se acostaba con unos y con otras.
Antonio Soto y Juan Adriansens
EFE: Juan Rodil27 de febrero de 2006
Adriansens novela vida poeta del Siglo de Oro Gonzalo de Celada
El escritor y pintor Juan Adriansens relata en su última obra, titulada “La vida extrema”, las andanzas de Gonzalo de Celada, un enigmático poeta burgalés del Siglo de Oro español que acabaría convirtiéndose en amante del rey Enrique III de Francia.
A partir de la documentación que consiguió de manera fortuita a través de una persona descendiente de una hermanastra del poeta, Adriansens explicó, en declaraciones a EFE, que “La vida extrema” editada por mr Ediciones, se trata de una biografía “muy novelada”.
“Con los pocos datos ciertos que me dieron sobre su vida, hago una biografía muy novelada, donde el 30 por ciento es cierto y el 70 dijo, descartando que se trate esencialmente de una novela histórica.
Dos sonetos del Siglo de Oro del misterioso y enigmático Gonzalo de Celada, aparecidos en una vieja antología y localizados casualmente por Adriansens en una exposición bibliográfica en Madrid, serán la clave para que el autor comience una investigación encaminada a averiguar quién fue este personaje, “hombre de esquiva biografía y compleja personalidad”, dijo el autor.
El escritor reconoció que le habían llamado la atención los sonetos que encontró revolviendo en un puesto de libros del madrileño Paseo de Recoletos, “pero no porque fuesen maravillosos, sino porque yo no conocía a ese personaje, ni siquiera me sonaba”, señaló.
Juan Adriansens declaró que lo que llamó en él la atención de la documentación y poesía de Gonzalo de Celada “es que era un poeta homosexual y que todo lo que escribe en relación con su homosexualidad lo hace de una manera muy clara, muy poco hipócrita y de una manera arriesgadísima.
El poeta Gonzalo de Celada acabará viviendo en la fastuosa Venecia de mediado del siglo XVI, donde terminará convirtiéndose en amante de Enrique III de Francia, circunstancia que a juicio del autor de “La vida extrema”, Juan Adriansens Menocal (La Habana, 1936), es hijo de padre español perteneciente a la carrera diplomática y de madre cubana, y es también pintor profesional desde 1968, habiendo sido el primer artista español vivo al que la Academia Española de Bellas Artes de Roma dedicó una muestra monográfica, en 1987.
Desde el año 1983 es comentarista de radio y actualmente colaborador con Olga Viza en el programa El Tranvía en la tarde de Radio Nacional de España.
El escritor y pintor Juan Adriansens relata en su última obra, titulada “La vida extrema”, las andanzas de Gonzalo de Celada, un enigmático poeta burgalés del Siglo de Oro español que acabaría convirtiéndose en amante del rey Enrique III de Francia.
A partir de la documentación que consiguió de manera fortuita a través de una persona descendiente de una hermanastra del poeta, Adriansens explicó, en declaraciones a EFE, que “La vida extrema” editada por mr Ediciones, se trata de una biografía “muy novelada”.
“Con los pocos datos ciertos que me dieron sobre su vida, hago una biografía muy novelada, donde el 30 por ciento es cierto y el 70 dijo, descartando que se trate esencialmente de una novela histórica.
Dos sonetos del Siglo de Oro del misterioso y enigmático Gonzalo de Celada, aparecidos en una vieja antología y localizados casualmente por Adriansens en una exposición bibliográfica en Madrid, serán la clave para que el autor comience una investigación encaminada a averiguar quién fue este personaje, “hombre de esquiva biografía y compleja personalidad”, dijo el autor.
El escritor reconoció que le habían llamado la atención los sonetos que encontró revolviendo en un puesto de libros del madrileño Paseo de Recoletos, “pero no porque fuesen maravillosos, sino porque yo no conocía a ese personaje, ni siquiera me sonaba”, señaló.
Juan Adriansens declaró que lo que llamó en él la atención de la documentación y poesía de Gonzalo de Celada “es que era un poeta homosexual y que todo lo que escribe en relación con su homosexualidad lo hace de una manera muy clara, muy poco hipócrita y de una manera arriesgadísima.
El poeta Gonzalo de Celada acabará viviendo en la fastuosa Venecia de mediado del siglo XVI, donde terminará convirtiéndose en amante de Enrique III de Francia, circunstancia que a juicio del autor de “La vida extrema”, Juan Adriansens Menocal (La Habana, 1936), es hijo de padre español perteneciente a la carrera diplomática y de madre cubana, y es también pintor profesional desde 1968, habiendo sido el primer artista español vivo al que la Academia Española de Bellas Artes de Roma dedicó una muestra monográfica, en 1987.
Desde el año 1983 es comentarista de radio y actualmente colaborador con Olga Viza en el programa El Tranvía en la tarde de Radio Nacional de España.
Juan Rodil y Juan Adriansens
28 de febrero de 2006
Juan Adriansens, Escritor: ´Me divierte escribir novela porque te hace sentir Dios´
La nueva obra de este autor repasa la vida de un poeta gay bajo el reinado de Felipe II. Aunque es más conocido por sus opiniones en debates televisivos, Juan Adriansens además es licenciado en Derecho y uno de los pocos pintores privilegiados por la Academia de Bellas Artes de Roma con una muestra monográfica en vida. Adriansens estuvo ayer en Santiago para presentar "La vida extrema", novela en la que reconstruye la vida de Gonzalo de Celada, un poeta del Siglo de Oro homosexual cuya condición podría cambiar el destino de un reino.
- El curioso que indaga en la vida de Celada se parece a usted. Además se llama Juan y dice ser feliz. ¿Lo es usted?
- Sí, al principio soy yo. Yo vivo una vida muy agradable: tengo un bonito piso lleno de antigüedades, libros y discos de clásica. Después ya se trata de la biografía de Celada y ahí no participo porque, aunque soy viejo, en el siglo XVI todavía no había nacido.
- ¿Es más fácil ser homosexual ahora que entonces?
- Ahora es más fácil. Entonces podía significar la hoguera. Hoy en día te queman, pero de un modo diferente.
- La indignación despierta a las musas de Celada. ¿Y las suyas?
- La indignación no despierta a mis musas, pero la indignación sí se me despierta con los programas de televisión porque hay cada gilipollas... Y ahora también estoy muy cabreado por la postura del PP. El trío infernal de los señores Rajoy, Acebes y Zaplana me parece de hoguera.
- Lo de la televisión, ¿tiene solución?
- Hay muchos problemas que no tienen ninguna solución, como ahora el del Islam o el conflicto entre árabes e israelíes. Cuando cada uno tiene su parte de razón, pero estima que esa parte de razón es la razón absoluta, no hay solución posible.
- ¿Tiene sentido escribir poesía en un mundo así?
- Sí, porque yo creo que la única salvación es el individuo, nunca la colectividad.
- Su libro incluye descripciones precisas... hasta de orgías que no tienen nada que envidiar a la filmada por Kubrick en "Eyes wide shut"...
- La única manera de traer el perfume o el sonido de una época es describirla con cierto detalle, pero sin abrumar. Sobre las orgías... yo nunca estuve en una de esas. Confieso que ahí he inventado un poco, pero me he basado en datos sobre Pedro de Médicis. Y orgías también las hay ahora. Al margen de que a mi edad (tengo 70 años) ya no hago sexo porque me parece indecente, no me gustan porque tienes que aceptar hacerlo con gente que no te apetece.
- ¿Y qué le apetece más ahora: escribir o pintar?
- Ahora me divierte mucho escribir porque la novela te hace sentirte Dios. Aunque al final algunos personajes te pueden. Aquí me ocurrió en dos casos
- ¿Y cómo lo arregló?
- Tuve que matarlos
Juan Adriansens y Carmen Villar
El Correo Gallego: Xurxo Fernández6 de marzo de 2006La Rosa de los Vientos
Adriansens: Sentidos y Sensibilidad
La novela del habanero, sobre el notable poeta Gonzalo de Celada, rezuma sensaciones delicadas y complejas.
A veces, una novela consigue, mediante el buen uso del oficio literario, transportarnos de forma realista a otra época. Cuando ese código de buena escritura funciona de verdad, llegamos a asumir el texto con los cinco sentidos.
Pongamos algún ejemplo.
En los diarios del ilustre Mister Samuel Pepys, no sólo conseguimos penetrar en su tiempo, consiguiendo saber que pasaba o quien manejaba los hilos en las múltiples y oscuras tramas políticas que le tocó vivir. También probamos –él, tan gran gourmet- los platos con que aderezaba su interesante vida, o los perfumes de las complejas e intrigantes damas de aquellos salones abigarrados.
Marcel Proust hizo un notable esfuerzo por contagiarnos sensaciones olfativas, táctiles, gustativas. Lo consiguió. La textura de la famosa magdalena de su Recherche nos acompañará toda nuestra vida.
Incluso Ken Follet, en Los pilares de la Tierra, nos contagia una terrible sensación de desasosiego. Olemos la peste, mientras los maestros canteros sobrellevan la dureza de su ímprobo y meritorio trabajo.
La novela La vida extrema (Intriga, muerte y pasión en la Venecia del XVI), de Juan Adriansens, que acaba de aparecer en Martínez Roca, pertenece a esa familia literaria. Es heredera de los citados, y del buen gusto y de la capacidad de percepción de Victor Hugo, por ejemplo, pero también de Lamartine o de Byron. En esta historia sobre el poeta Gonzalo de Celada percibimos el aroma de las estancias de los Medici, vemos los colores y somos capaces de compartir todas las sensaciones –realmente intensas- que produjo ese diverso y maravilloso Siglo de Oro.
Adriansens: Sentidos y Sensibilidad
La novela del habanero, sobre el notable poeta Gonzalo de Celada, rezuma sensaciones delicadas y complejas.
A veces, una novela consigue, mediante el buen uso del oficio literario, transportarnos de forma realista a otra época. Cuando ese código de buena escritura funciona de verdad, llegamos a asumir el texto con los cinco sentidos.
Pongamos algún ejemplo.
En los diarios del ilustre Mister Samuel Pepys, no sólo conseguimos penetrar en su tiempo, consiguiendo saber que pasaba o quien manejaba los hilos en las múltiples y oscuras tramas políticas que le tocó vivir. También probamos –él, tan gran gourmet- los platos con que aderezaba su interesante vida, o los perfumes de las complejas e intrigantes damas de aquellos salones abigarrados.
Marcel Proust hizo un notable esfuerzo por contagiarnos sensaciones olfativas, táctiles, gustativas. Lo consiguió. La textura de la famosa magdalena de su Recherche nos acompañará toda nuestra vida.
Incluso Ken Follet, en Los pilares de la Tierra, nos contagia una terrible sensación de desasosiego. Olemos la peste, mientras los maestros canteros sobrellevan la dureza de su ímprobo y meritorio trabajo.
La novela La vida extrema (Intriga, muerte y pasión en la Venecia del XVI), de Juan Adriansens, que acaba de aparecer en Martínez Roca, pertenece a esa familia literaria. Es heredera de los citados, y del buen gusto y de la capacidad de percepción de Victor Hugo, por ejemplo, pero también de Lamartine o de Byron. En esta historia sobre el poeta Gonzalo de Celada percibimos el aroma de las estancias de los Medici, vemos los colores y somos capaces de compartir todas las sensaciones –realmente intensas- que produjo ese diverso y maravilloso Siglo de Oro.
Juan Adriansens y Xurxo Fernández
ABC: Ana Martínez
11-3-2006
Adriansens promociona su obra «La vida extrema» La protagoniza el poeta Gonzalo de CeladaNacido en La Habana, aunque hijo de españoles, Juan Adriansens reside desde hace años en Madrid. No sólo estudió la carrera diplomática, sino que es pintor profesional, comentarista de radio, colaborador en programas de televisión y autor de «La seducción» y «Adulterios».Su última criatura, «La vida extrema», ha sido editada por Martínez Roca. Es una obra cargada de sensualidad, amor, crímenes, traiciones y suspense en la que el autor, -mediante una prosa elegante, contundente y con un profundo conocimiento de los hechos-, acerca a los lectores a la fastuosa Venecia del siglo XVI. Un escenario en el que el protagonista, un olvidado poeta de nombre Gonzalo de Celada, acabará convirtiéndose en amante de Enrique III de Francia; y en el que su vida tendrá un desenlace tan inesperado como sorprendente.El escritor ha relatado a ABC el nacimiento de la idea: «Un día, en Madrid, recorriendo una feria de libros, vi una antología barata, que incluía dos sonetos del Siglo de Oro, la compré porque me la dieron casi de saldo y porque era una poesía muy difícil de encontrar. Entonces, descubrí un poeta que no conocía, eso que me los sé casi todos; ocurrió que a continuación recité un día por la radio y recibí una llamada de Ciudad Real, de un descendiente suyo, me comentó que tenía un cáncer generalizado y que tenía que ir a verlo cuanto antes».Ese fue el punto de inicio de una biografía documentada, pero «un tanto novelada», sobre un versificador homosexual; de una novela que rezuma sensaciones delicadas y complejas. Hombre de compleja personalidad, estudiante en Salamanca e involucrado en la sangrienta guerra de Las Alpujarras, Gonzalo de Celada fue amigo de Antonio Pérez, que lo envió a la Florencia de los Médicis para vigilar a don Pedro, el vástago menos recomendable de tan encumbrada familia. Su destino y sus vivencias sirvieron para sacar a la luz los aspectos más ocultos del reinado de Felipe II y los abusos y crueldades de aquella hipócrita sociedad.«En el siglo XVI había cosas curiosas, y también mucha escoria, intriga, bajeza», cuenta Juan Adriansens, un hombre que tiene la suerte de «escribir todo lo que le gusta» y que define Santiago, donde recientemente presentó este trabajo, como una «ciudad bellísima» a la que viene con frecuencia.
Abajo, fotos de Juan Adriansens con los periodistas de Localia TV, Onda Cero y Televisión de Galicia, TVG.
11-3-2006
Adriansens promociona su obra «La vida extrema» La protagoniza el poeta Gonzalo de CeladaNacido en La Habana, aunque hijo de españoles, Juan Adriansens reside desde hace años en Madrid. No sólo estudió la carrera diplomática, sino que es pintor profesional, comentarista de radio, colaborador en programas de televisión y autor de «La seducción» y «Adulterios».Su última criatura, «La vida extrema», ha sido editada por Martínez Roca. Es una obra cargada de sensualidad, amor, crímenes, traiciones y suspense en la que el autor, -mediante una prosa elegante, contundente y con un profundo conocimiento de los hechos-, acerca a los lectores a la fastuosa Venecia del siglo XVI. Un escenario en el que el protagonista, un olvidado poeta de nombre Gonzalo de Celada, acabará convirtiéndose en amante de Enrique III de Francia; y en el que su vida tendrá un desenlace tan inesperado como sorprendente.El escritor ha relatado a ABC el nacimiento de la idea: «Un día, en Madrid, recorriendo una feria de libros, vi una antología barata, que incluía dos sonetos del Siglo de Oro, la compré porque me la dieron casi de saldo y porque era una poesía muy difícil de encontrar. Entonces, descubrí un poeta que no conocía, eso que me los sé casi todos; ocurrió que a continuación recité un día por la radio y recibí una llamada de Ciudad Real, de un descendiente suyo, me comentó que tenía un cáncer generalizado y que tenía que ir a verlo cuanto antes».Ese fue el punto de inicio de una biografía documentada, pero «un tanto novelada», sobre un versificador homosexual; de una novela que rezuma sensaciones delicadas y complejas. Hombre de compleja personalidad, estudiante en Salamanca e involucrado en la sangrienta guerra de Las Alpujarras, Gonzalo de Celada fue amigo de Antonio Pérez, que lo envió a la Florencia de los Médicis para vigilar a don Pedro, el vástago menos recomendable de tan encumbrada familia. Su destino y sus vivencias sirvieron para sacar a la luz los aspectos más ocultos del reinado de Felipe II y los abusos y crueldades de aquella hipócrita sociedad.«En el siglo XVI había cosas curiosas, y también mucha escoria, intriga, bajeza», cuenta Juan Adriansens, un hombre que tiene la suerte de «escribir todo lo que le gusta» y que define Santiago, donde recientemente presentó este trabajo, como una «ciudad bellísima» a la que viene con frecuencia.
Abajo, fotos de Juan Adriansens con los periodistas de Localia TV, Onda Cero y Televisión de Galicia, TVG.
Alejandro Macias de Localia TV
Ramón Castro de Onda Cero
Juan Castro de TVG
Juan Castro de Televisión de Galicia